¿Qué es la vulnerabilidad?
El IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) define vulnerabilidad como la propensión o predisposición de un sistema a ser afectado negativamente por el cambio climático.
La capacidad para afrontar los efectos adversos depende del carácter, la magnitud y la rapidez de la variación climática en concreto, pero también de una variedad de conceptos y elementos que incluyen la sensibilidad o susceptibilidad al daño y la falta de capacidad de respuesta y adaptación.
El IPCC también señala que esta vulnerabilidad al cambio climático no puede considerarse de manera aislada, ya que guarda una estrecha relación con otros factores, como la desigualdad, la pobreza y la falta de acceso a infraestructuras básicas.
En este sentido, también definen el índice de vulnerabilidad, como medida de la vulnerabilidad de un sistema. El índice de vulnerabilidad climática se obtiene en general mediante la combinación, con o sin ponderación, de diversos indicadores.
Sensibilidad
El concepto de sensibilidad se refiere al grado en que un sistema o especie resultan afectados, positiva o negativamente por los cambios en el clima. Estos efectos pueden ser directos o indirectos.
Capacidad adaptativa
Capacidad de los sistemas, las instituciones, los humanos y otros organismos para adaptarse para mitigar los daños. En definitiva, la capacidad para reducir la vulnerabilidad de su población y ecosistemas. Para ello, existen las medidas de adaptación, un conjunto de estrategias de diversas índoles: estructurales, institucionales, ecológicas o de comportamiento.
Una falta de capacidad adaptativa conlleva una alta vulnerabilidad para los grupos poblacionales, que se verían abocados a afrontar diferentes riesgos y peligros derivados del cambio climático.
Vulnerabilidad: impactos devastadores y daños irreversibles
Según expertos y representantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, éste está siendo perjudicial para el futuro de la humanidad, y también para la biodiversidad del planeta. Y es que, muchos informes de la ONU han sido claros en cuanto a aspectos humanitarios, apuntando a que, por ejemplo, en 2019 y debido a los eventos extremos del clima y algunas catástrofes, más de 25 millones de personas de 140 países tuvieron que desplazarse.
Los países y comunidades más pobres son los que llevan el peso de los impactos del cambio climático, aunque hayan sido los que menos hayan contribuido a él. Estas comunidades están sometidas a condiciones de vida vulnerables y de riesgo. Un ejemplo, África contribuye con entre un 2 y un 3 % a las emisiones globales, pero el cambio climático amenaza con exponer a unos 118 millones de personas a inundaciones y a calor extremo para 2030.
El 45% de la población mundial es vulnerable a los impactos del cambio climático. La vulnerabilidad de los ecosistemas y las personas al cambio climático difiere sustancialmente incluso entre regiones y dentro de una misma, debido a diferentes patrones de desarrollo socioeconómico.
Los factores no climáticos inducidos por el hombre agravan la vulnerabilidad actual de los ecosistemas al cambio climático. A nivel mundial, e incluso dentro de las áreas protegidas, el uso insostenible de los recursos naturales, la fragmentación del hábitat y el daño a los ecosistemas por contaminantes aumentan la vulnerabilidad de los ecosistemas al cambio climático.
A medida que el cambio climático se intensifica y se hace irreversible, tanto la población como los ecosistemas se vuelven más vulnerables. Además, un gran número de estudios han demostrado que, de seguir por el camino actual, nos enfrentaremos al colapso de los recursos que necesitamos..
Cuanto más rápido cambie el clima y más se retrase la creación de iniciativas de adaptación, más difícil será implementarlas. Sin embargo, el mundo progresa lentamente en la adaptación climática, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), sobre todo debido a la falta de financiación.