Reportaje

Cambio climático natural

Por Experto en Meteorología

El Cambio Climático se debe al ciclo natural del planeta, ha ocurrido otras veces y no podemos hacer nada para pararlo – FALSO

El clima de la Tierra lleva cambiando de forma natural durante los últimos 650.000 años. Hemos pasado por periodos cálidos y por otros más fríos con glaciaciones. Gran parte de ese cambio del pasado ha estado relacionado con la alteración del balance energético del planeta, generado por ¨forzamientos¨ externos.

Esos cambios llegan debido a la variación de la intensidad de la energía procedente del sol, o del propio planeta en sí. Cambios en las corrientes oceánicas, del albedo o reflectividad del planeta o de la concentración de gases de efecto invernadero -como el vapor de agua, el metano o el dióxido de carbono (CO2)- pueden influir en el sistema climático.

Con el desarrollo tecnológico, hoy en día, la ciencia es capaz de rastrear los cambios naturales del clima miles de años atrás. Examinando núcleos de hielo perforados en Groenlandia y Antártida, podemos conocer el clima de hace 800.000 años. Esos núcleos de hielo han demostrado que el aumento de los niveles de CO2 en la atmósfera y el incremento de las temperaturas a nivel global están estrechamente relacionados.

Figura 1. Los gráficos muestran el dióxido de carbono medio mensual medido en el Observatorio de Mauna Loa, Hawái. Es el registro más largo de mediciones directas de CO2 en la atmósfera. Fuente: NOAA

Los científicos también han analizado los anillos de los árboles, los glaciares, los restos de polen, los sedimentos oceánicos y los cambios en la órbita de la Tierra alrededor del sol para obtener una imagen del clima de la Tierra que se remonta a cientos de miles de años.

Por eso, hoy tenemos datos más que suficientes para saber que los niveles de CO2 son un 40% más altos que antes de que comenzara la Revolución Industrial. Estas han aumentado de 280 partes por millón en el siglo XVIII a más de 415 por millón en 2022.

Además del aumento del CO2, hay mucho más metano en la atmósfera que en cualquier momento de los últimos 800.000 años. De hecho, hay dos veces y medio más que antes de la Revolución Industrial. Aunque parte del metano se emite de forma natural vía humedales, sedimentos, volcanes e incendios forestales, la mayoría de las emisiones de metano hoy provienen de la producción de petróleo y gas, la ganadería y los vertederos.

Las temperaturas globales han aumentado un promedio de 1,2˚ C desde 1880. El hielo marino en el Ártico ha disminuido en las últimas décadas. Las capas de hielo de Groenlandia y Antártida están disminuyendo a un ritmo vertiginoso. Los polos norte y sur se están calentando más rápido que cualquier otro lugar de la Tierra. Los glaciares se están retirando en las montañas de todo el mundo. La capa de nieve primaveral en el hemisferio norte ha disminuido en los últimos 50 años.

Figura 2. Temperatura superficial anual en comparación con el promedio del siglo XX de 1880 a 2020. Las barras azules indican años más fríos que el promedio; las barras rojas muestran años más cálidos que el promedio. Gráfico de NOAA Climate.gov, basado en datos de los Centros Nacionales de Información Ambiental.

El número de récords de temperatura en muchos rincones del planeta va en aumento. Los océanos son los más cálidos del último medio siglo y además son un 30% más ácidos que al comienzo de la Revolución Industrial porque están absorbiendo más CO2.

Los niveles globales del mar han aumentado un promedio de 17 centímetros en el último siglo, y en los últimos 10 años han aumentado casi el doble de rápido. En definitiva, la lista de cambios se acelera, sigue creciendo y es cada vez más larga.

Para entender bien a que se deben estos cambios, y como son, sobre todo, en magnitud respecto al pasado, la clave está en los océanos. Hay evidencia científica clara de que la cantidad de calor en el océano está aumentando y mucho. Eso implica que debe haber un cambio externo en el balance de radiación de la tierra, es decir que tiene que entrar más energía de la que sale.

Si el factor fuera externo, es decir que el sol fuera más intenso, veríamos un calentamiento en toda la atmósfera desde la superficie hasta su parte alta. Eso no está ocurriendo. En cambio, lo que sí vemos es calentamiento en la superficie, y enfriamiento en capas altas de la atmósfera. Según los expertos, esa es una señal clara de forzamiento de gases de efecto invernadero, no de forzamiento solar.

Además, la troposfera, la parte baja de la atmósfera donde se absorbe el CO2, se expande a medida que se calienta, empujando hacia arriba el límite entre la troposfera y la estratosfera. Si la radiación solar fuera el principal factor responsable del calentamiento de la Tierra, ambas capas de la atmósfera probablemente se estarían calentando y esto no ocurriría.

Figura 3. Tendencia de la temperatura superficial promedio global entre 1990 y 2020. El color amarillo indica poco o ningún cambio, mientras que el naranja y el rojo muestran lugares que se calentaron. El azul muestra lugares que se enfriaron. Mapa NOAA de Climate.gov, basado en datos de los Centros de Información Ambiental de la NOAA.

Conclusión: para explicar por qué el cambio climático de hoy es más bien poco natural y más antropogénico, hay que examinar los sedimentos de los océanos ya que proporcionan una línea de base a largo plazo que nos permite comparar el pasado con el presente. Así pueden saber cuánto han variado las temperaturas del océano antes de que tuviéramos termómetros.

Durante los últimos 2000 años, ha habido variaciones climáticas naturales, pero no fueron especialmente grandes. Los principales se han dado durante el período cálido medieval hace alrededor de 1000 años, y la pequeña edad de hielo, desde el año 1300 hasta alrededor de la década de 1850.

Pero la evidencia de sedimentos oceánicos, núcleos de hielo, anillos de árboles, rocas sedimentarias y arrecifes de coral muestran que el calentamiento actual está ocurriendo 10 veces más rápido que en el pasado.

Hoy con el apoyo de modelos numéricos podemos simular cómo fue el clima del pasado. Hay evidencia que muestra que al añadir el aumento de gases de efecto invernadero generado por la actividad humana desde el pasado siglo, se obtienen los cambios que estamos viviendo.

Si por el contrario, no se añaden esos gases, a pesar de tener en cuenta todos los otros cambios climáticos naturales que están ocurriendo, los modelos numéricos NO consiguen reproducir con precisión el calentamiento en el océano y la atmósfera tal y como lo estamos viviendo.

Hoy, casi el 100% del calor inusual que hemos experimentado en la última década se debe a las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano. La única forma de frenarlo es sobre todo eliminando de la fórmula la quema de combustibles fósiles. Dejándolos donde deben estar, bajo tierra.

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