Energía renovable y no renovable
Las fuentes de energía son todos aquellos recursos a través de los que podemos obtener energía utilizable. Dependiendo de su naturaleza y sus características, estaremos ante un tipo de energía renovable o no renovable.
Las diferencias entre la energía renovable y la no renovable
Las energías renovables son aquellas que se obtienen a partir de fuentes naturales y que producen energía de forma inagotable e indefinida. Por ejemplo, la energía solar, la energía eólica o la energía mareomotriz son fuentes de energía renovables.
Las energías no renovables, por su parte, dependen de elementos cuya cantidad es limitada, bien porque no se regeneran o porque lo hacen de un ritmo demasiado lento.
Veamos cuáles son las principales diferencias entre unas y otras.
La energía renovable
- Se trata de recursos prácticamente inagotables que proporciona la naturaleza. Por lo tanto, no se corre el riesgo de que se agoten con su consumo.
- Su aprovechamiento tiene un menor impacto en el medio ambiente, por eso se dice que son energías «limpias».
La energía no renovable
- Cuentan con reservas limitadas, que se agotan a medida que se consumen. Cuando las reservas disminuyen, la extracción resulta más complicada y su coste es mayor. De ahí que uno de los retos de la humanidad sea encontrar sustitutos para estas fuentes.
- La explotación y el aprovechamiento de este tipo de energías contribuyen con la contaminación del medio ambiente. De hecho, las emisiones y residuos que generan son responsables, en gran medida, del cambio climático antropogénico.
- No todos los países disponen de estos recursos. Al no ser autóctonas su ausencia provoca dependencia del exterior.
Tipos de energías renovables
Cuando se habla de energías renovables, estas son las principales:
- Solar. La radiación que emite el sol se puede utilizar para producir tanto energía eléctrica como energía calorífica. En el primer caso, recibe el nombre de energía solar fotovoltaica. En el segundo, se conoce como energía solar térmica.
- Eólica. Se aprovecha el movimiento de masas de aire generado por el viento, que consiguen mover las palas de los aerogeneradores, lo que produce energía mecánica que luego se transforma en electricidad.
- Hidráulica. Se obtiene con el aprovechamiento de la energía cinética y potencial de los saltos de agua y corrientes. La fuerza que provoca el movimiento del agua hace girar una turbina conectada a un transformador, que convierte el movimiento en energía eléctrica
- Maremotriz. Aprovecha la energía producida por las mareas de subida y bajada del nivel del mar. Su funcionamiento es similar al de la energía hidráulica, unas compuertas se cierran cuando ya ha subido la marea y se va liberando el agua cuando la marea está baja, moviendo turbinas y generando electricidad. De momento, no es tan rentable como la hidráulica. La energía undimotriz, aprovecha la fuerza de las olas.
- Geotérmica. En este caso, lo que se hace es emplear el calor presente en el interior de la Tierra. Este calor puede servir para producir energía eléctrica o energía térmica.
- Biomasa: Se genera energía a partir de restos orgánicos, en este caso vinculada al gas y a la energía eléctrica.
Tipos de energías no renovables
En cuanto a las no renovables, las principales son las que engloban los combustibles fósiles. Han tenido un papel clave en el desarrollo humano desde la Revolución Industrial con la invención de la máquina de vapor y, sin duda, se trata de las fuentes más extendidas y utilizadas del mundo. Entre sus ventajas se encuentran la enorme cantidad de energía que producen por unidad de tiempo.
No obstante, también es preciso señalar el gran impacto que causan en el medioambiente. El aumento de las temperaturas debido al efecto invernadero causado por las emisiones y el cambio climático están estrechamente ligados a su uso. Según la ONU, los combustibles fósiles emiten dos tercios de las emisiones mundiales de CO2, atendiendo al 80% de la demanda de energía del mundo.
- Petróleo. Se extrae de rocas sedimentarias en las que se han acumulado residuos de animales y plantas durante millones de años hasta dar como resultado este compuesto químico. Se usa como combustible para vehículos y todo tipo de maquinaria o para la fabricación de plásticos, fibras sintéticas, etc.
- Carbón. Se trata de un mineral orgánico, formado por un proceso físico-químico también de millones de años a partir de residuos vegetales. Sus usos más extendidos son como fuente de calor en calderas industriales y para obtener electricidad en centrales térmicas (la gran mayoría). Es el combustible fósil que más peso tiene sobre el cambio climático.
- Gas natural. Es una mezcla de gases, en proporciones variables, donde el metano constituye el elemento principal con un porcentaje superior al 95%. Proviene de la degradación de materia orgánica y se suele extraer encima de yacimientos de petróleo. Sus usos principales son como combustible doméstico e industrial y también como materia prima en la industria petroquímica. Es la base para obtener biometano, que es una fuente de energía renovable sin apenas huella de carbono.
- Energía nuclear. Es la energía proveniente de reacciones nucleares, o de la desintegración de algunos átomos, como consecuencia de la liberación de la energía almacenada en el núcleo de los mismos. Usan el uranio como materia prima. Uno de los grandes problemas es que producen desechos radiactivos, que son difíciles de eliminar y que se mantienen radiactivos durante cientos de miles de años, durante los cuales hay que gestionarlos adecuadamente. La industria nuclear actualmente propone su enterramiento o el almacenamiento geológico profundo de estos residuos.
Las energías renovables entre los Objetivos de la ONU
Conseguir energía no contaminante y accesible para todos es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, en concreto el número 7. Hoy el 13% de la población mundial todavía no tiene acceso a la electricidad.
Además, 3000 millones de personas dependen de la madera, el carbón, el carbón vegetal o los desechos de origen animal para poder alimentarse. La producción y el uso de energía es el factor que más contribuye al cambio climático y representa alrededor del 60% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. En 2015, el 17,5% del consumo final de energía fue de energías renovables.
La ONU tiene como objetivos para el 2030 garantizar lo siguiente:
- El acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables y modernos
- Aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas
- Duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética
Aumentar la cooperación internacional para facilitar el acceso a la investigación y la tecnología relativas a la energía limpia, incluidas las fuentes renovables, la eficiencia energética y las tecnologías avanzadas y menos contaminantes de combustibles fósiles, y promover la inversión en infraestructura energética y tecnologías limpias - Ampliar la infraestructura y mejorar la tecnología para prestar servicios energéticos modernos y sostenibles para todos en los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países en desarrollo sin litoral, en consonancia con sus respectivos programas de apoyo
Después de todo, disponer de un suministro de energía fiable es indispensable para garantizar el desarrollo humano y económico. Por tanto, apostar por la energía renovable es fundamental para frenar el cambio climático y sus consecuencias.