¿Para qué capturar el carbono?
El dióxido de carbono (CO2) es el gas de efecto invernadero que más contribuye al calentamiento global del planeta. En los dos últimos siglos, su concentración atmosférica ha aumentado de forma considerable, principalmente a causa de actividades humanas. Por ello, la captura de carbono es cada vez más importante en la lucha contra el cambio climático.
¿Qué es la captura y almacenamiento de carbono?
La captura y almacenamiento de carbono es una tecnología que consiste en la recolección de emisiones de dióxido de carbono a medida que se producen y su confinamiento efectivo a largo plazo. De este modo, esas emisiones no entran ni se acumulan en la atmósfera de la Tierra.
En función de su destino, las tecnologías usadas para ello reciben diferentes nombres:
- CAC (captura y almacenamiento de carbono): estas tecnologías capturan el carbono para almacenarlo.
- CCUS (captura, almacenamiento y uso del carbono): estas tecnologías permiten capturar y almacenar el carbono de forma segura, para su uso futuro.
- BECCS (bioenergía con captura y almacenamiento de carbono): esta tecnología captura el dióxido de carbono emitido en la producción de bioenergía y lo almacena.
¿Por qué es importante capturar y almacenar CO2 de la atmósfera?
Las técnicas para capturar y almacenar el CO2 producido podrían, en combinación con otras opciones tecnológicas, desempeñar un papel importante en la lucha contra el cambio climático.
No obstante, ninguna opción tecnológica actualmente existente está preparada para estabilizar la concentración atmosférica de gases de efecto invernadero sin interferencias peligrosas con el sistema climático.
Según el vicepresidente de la Comisión Europea (CE) para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, es “indispensable” la captura y el almacenamiento de CO2 para lograr la neutralidad climática en 2050, es decir, para no liberar más dióxido de carbono del que pueda absorber el territorio comunitario.
¿Cómo se realiza la captura y el almacenamiento de carbono?
Disminuir el dióxido de carbono presente en la atmósfera puede conseguirse mediante distintas técnicas. Estas son algunas de ellas:
Uso de plantas y árboles
La reforestación es la forma más directa, natural y conocida de capturar el dióxido de carbono de la atmósfera. Y es que, al aumentar la superficie terrestre de diferentes tipos de vegetación, la fotosíntesis que realizan captura más CO2 de la atmósfera. Así, cuantas más plantas haya, más carbono se captura. Asimismo, a través de la agricultura también se disminuye la cantidad de carbono atmosférico. Además de esto, conlleva una mejor calidad del aire.
Bioenergía con captura y almacenamiento de carbono
Esta técnica, conocida por sus siglas en inglés (BECCS), usa también la fotosíntesis para la captura de carbono, pero es más difícil de llevar a cabo que plantar árboles. Se basa en el proceso de usar biomasa para extraer energía, capturando el carbono antes de que sea liberado a la atmósfera y almacenándolo bajo tierra o en elementos que tienen una larga vida.
Captura directa de la atmósfera
Aunque esta tecnología es muy cara y requiere un gran uso de energía, el dióxido de carbono también puede ser capturado usando un proceso químico. No obstante, provoca un gran gasto energético y es ineficiente. Concretamente, se calcula que quitar una gigatonelada de carbono mediante esta técnica, requeriría alrededor del 7% de la proyección de energía que se producirá en Estados Unidos en 2050.
Captura y almacenamiento del carbono de los mares
Los grandes mares y océanos que rodean la superficie terrestre de la Tierra capturan también dióxido de carbono de forma natural. El carbono, en este caso, se capturará desde el agua y no desde la atmósfera, como en los otros procesos que hemos visto. No obstante, esta tecnología natural, aunque es más sencilla que la captura directa desde el aire, aún no está suficientemente avanzada para llevarla a cabo.
Captura y almacenamiento de carbono por meteorización mejorada
La meteorización mejorada es el proceso natural por el que algunos minerales reaccionan con el dióxido de carbono y convierten el gas en sólido. El inconveniente que tiene es que, al ser un proceso natural, es muy lento. Sin embargo, ya hay investigadores que están trabajando en esta nueva técnica para mejorarla y que el proceso sea mucho más ágil.
¿Cómo ayuda la captura de carbono al cambio climático?
Gracias a la captura de carbono se evita que grandes cantidades de CO2 emitidos por la industria lleguen a la atmósfera. De este modo, se mitiga el daño que pueden causar a nuestro planeta, al medio ambiente local y a la salud en general. No obstante, aún queda mucho camino por recorrer ya que las técnicas que mejor funcionan aún están en una etapa muy inicial.